Nada puede parar este movimiento convulso y dramático, aunque sí urge gobernarlo con realismo, moderación y sentido de la justicia. En un mundo cuyo último rincón se abre en nuestro pequeño smartphone con sólo pulsar una tecla, y en el que las diferencias de renta, seguridad y bienestar son abismales, es imposible evitar un flujo continuo de personas en busca...
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