Ayer, por el Barrio Chino de Melilla, entraron más de cien. Otros tantos no lo lograron. La valla, ese tótem que separa dos mundos, cerraba así un 2014 con 71 asaltos. Seguramente, en cuanto puedan serán otros centenares los que lo intenten, pues miles esperan a dar el salto. Pero no miles un día, miles todos los días. Mañana, el mes que viene, en primavera,...
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