La comparecencia del ex molt honorable president Pujol fue lo más parecido a un espectáculo cómico-taurino-musical, con una tremenda carga tragicómica. La tarde de un septiembre dorado dio para un guión surrealista, si no fuera por todo lo que de fraude social, ético y económico llevaba acarreada la presencia de don Jordi ante el Parlament. No me voy a salir...
Suscribete para leer la noticia completa: