Primero, François Hollande hizo creer a una parte de Europa que contaba con una fórmula que permitía dejar atrás la crisis sin comprometerse con ningún programa de ajustes. Su ingenio podía elevarse por encima de la lógica. Después, ya en caída libre, puso el Gobierno en manos de Manuel Valls, con la misión de poner en marcha los ajustes. Sin embargo, ni en las...
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