Vuelve Iceta, ese joven idealista lleno de frescura y espíritu renovador, y con él el alambicado cantinflismo retórico tan caro a aquel PSC del tripartito siempre presto a jugar a la puta y a la Ramoneta identitaria. Vuelve Iceta, digo, y es como si volviera el No-Do con toda su caspa semántica. Que España se le antoja «nación de naciones» acaba de deponer en...
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