Había interés por ver de cerca el rendimiento y el juego callejero de los toros salmantinos de Garcigrande. Nunca habían participado en los sanfermines, fiesta a la que, además de expectación, ayer pusieron velocidad y peligro. No tardó «Avenero», un toraco de casi seiscientos kilos, el mayor de la manada, en poner contra las cuerdas a los corredores, a los que,...
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