EN estos días azules acaba abril entre estertores de Semana Santa y efluvios futbolísticos que destilan el opio suficiente para adormecer al respetable hasta el próximo encuentro lúdico-festivo. Así somos, competitividad la justa, para no sudar demasiado la guayabera. En el fondo nos lo merecemos. Vivimos en el Paraíso y la geografía e historia nos han colocado...
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