Mientras tiene sus fichas operando sobre el tablero europeo en el frente de la crisis ucraniana y en el de la económica general, Angela Merkel se ha tomado estos días un respiro. Rumbo al sur. Pasa sus vacaciones de Semana Santa en la isla italiana de Ischia, desde la que ayer se trasladó, junto a su marido, Joachim Sauer, a la ciudad de Nápoles, por cuyo centro...
Suscribete para leer la noticia completa: