En el sitio de Leningrado murieron los dos hermanos mayores del nuevo zar de Rusia, uno de ellos de difteria. Los relatos estremecedores de aquel episodio son espeluznantes, y el hambre tan implacable, que se llegó a cocer el cuero de los correajes para llevar algo a los estómagos. Este hombre no vivió el horror de la guerra, pero conoció a fondo la austeridad...
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