SI hay algo en lo que no pensaba Paulino Rivero el lunes y los días previos es en el petróleo. Su jugada —«magistral» para los más obsecuentes— tiene el indudable mérito de marcar una vez más los tiempos políticos en las Islas, como demostración de que casi todos a su lado parecen unos principiantes. Y aunque ahora se debata la pertinencia o no de la consulta...
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