En 2007, cuando dimitió como primer ministro británico, entre otras ocupaciones de vieja gloria, Tony Blair comenzó a ejercer como enviado para la paz al Oriente Próximo. Aclimatado a ese empeño sisífico, suministrar unas palmaditas que procuraran cierta paz de espíritu a Zapatero debió de resultarle ayer pan comido. «Espero que los españoles entiendan que hiciste...
Suscribete para leer la noticia completa: