Recién llegada a la alta política, Susana Díaz se siente fuerte. El miércoles marcó territorio y ayer echó el resto. La creciente debilidad de Rubalcaba –cuyo discurso se basa exclusivamente en la denuncia de una corrupción que no consigue ver en su propio partido– ha impulsado a la presidenta de la Junta a buscar una vía de escape, muy necesaria para el socialismo...
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