Incluso en los campos abonados por la barbarie puede brotar la inocencia. Las palabras de un niño de cuatro años –«eres un hombre muy malo»– bastaron para desarmar a uno de los terroristas implicados en el sanguinario asalto al centro comercial Westgate de Nairobi. Mientras la operación militar permanecía abierta en la capital de Kenia, el testimonio del pequeño...
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