Los gibraltareños están muy orgullosos de su condición de británicos y se ponen tremendamente suyos cuando la Royal Navy manda a las fragatas atracar en su puerto. Pero después de que los buques se marchen, guardan sus banderitas en sus coches y dejan atrás las estrecheces de sus 6,5 kilómetros cuadrados de colonia para regresar a sus mansiones gaditanas de Sotogrande,...
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