LA firma del decreto de disolución del Parlamento catalán para convocar las terceras elecciones autonómicas en cinco años se movió ayer entre el esperpento y el ridículo. Artur Mas decidió apurar hasta el final del último día que le permitía convocar anticipadamente elecciones para el 27-S. El presidente catalán vuelve a consumar otro pretendido hito histórico...
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