La Generalitat ha preferido mirar hacia otro lado e ignorar una amenaza islamista que exigía, como en tantas otras cuestiones, una visión de Estado
EL pasado septiembre apareció una bandera del Estado Islámico a la entrada de la localidad gerundense de Salt. No fue una anécdota irrelevante, sino un aviso explícito de que el integrismo islamista más radical estaba...
Suscribete para leer la noticia completa: