LOS líderes de Podemos están comprobando que la democracia es implacable con los impostores. En cuanto aquel virginal grupo de jóvenes docentes universitarios, que asomaba cómodamente en tertulias televisivas, ha tenido que confrontarse con las exigencias de la opinión pública, su programa político se ha desvelado como una colección de los tópicos y sofismas...
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