Es difícil adivinar qué miedo tiene la oposición a que gobierne el alcalde más votado (siempre que cuente con un porcentaje sustancial de los votos). Que el PSOE lo propusiese en su día y ahora se eche atrás da pistas fiables de que su negativa es circunstacial y está ligada a armar alboroto e insistir en la involución democrática de la medida. Lo que dijo ayer...
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