EL fallecimiento del misionero Miguel Pajares, contagiado por el virus del ébola, ha causado una fuerte conmoción en la opinión pública, que ha seguido con gran interés los avatares de su repatriación. Lo primero es lamentar la muerte de un ser humano que ha dejado lo mejor de sí mismo al servicio de los demás, transmitiendo la fe cristiana y practicando la solidaridad...
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