La anécdota que recuerda Borja Martín, del Ritz, es para nota. «Un cliente que quería embarcar, en avión, a un papagayo destino a Brasil. Lo compró en Madrid su hijo pequeño. ¡Será que en Brasil no hay papagayos!, nos dijimos todos en el hotel. Pero había que resolver. Y se resolvió. Tras muchas gestiones conseguimos que el animalito viajara a Brasil. Eso sí,...
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