Mi estancia como residente en el Colegio Mayor Ximénez de Cisneros, de la Fundación de la Universidad Complutense, fue muy extraña. El primer día que llegué, un mes de septiembre de hace unos cuantos años, todo parecía que iba a ser una etapa feliz. El silencio se adueñaba de los pasillos del edificio, las habitaciones estaban impecables y las puertas tenían...
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