Portugal vive en un permanente sinvivir, que por algo es el país de la «saudade». Y la escena política no hace más que confirmarlo. Sólo así puede comprenderse que haya dado un giro de 180 grados la situación previa a estas decisivas elecciones de hoy.
Pedro Passos Coelho quiere agarrarse al «efecto David Cameron», es decir, a la capacidad para revertir las expectativas...
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