En su lucha por mantenerse en el cargo, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, tuvo que aplicar recortes drásticos. Con apenas 10 meses de Gobierno, una seria crisis económica y su popularidad por los suelos, Rousseff anunció ayer una reforma ministerial que dejó a su partido casi sin cargos, y fortalece aún más a su complicado aliado, el Partido del Movimiento...
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