Roseburg trataba de recuperarse ayer de la conmoción, mientras Estados Unidos reabría por un día el estéril debate sobre el control de las armas de fuego. Paradójicamente, no tanto en la pequeña ciudad de Oregón, en uno de los siete estados norteamericanos en que está permitido llevar armas al campus, donde la mayoría callaba y algunos vecinos reiteraban la necesidad...
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