La tensión política, diplomática y, por qué no, migratoria, entre Zagreb y Budapest no deja de elevarse. El cruce de caminos entre Croacia, Serbia y Hungría es estos días el tumultuoso escenario –algo así como el Triángulo de las Bermudas de los refugiados– en el que se juega el buen nombre del espacio Schengen de libre circulación y de una Unión Europea dividida...
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