Entre los escombros aún humeantes que dejaron las gigantescas explosiones de la semana pasada en el puerto de Tianjin, un destacamento del Ejército chino libra una batalla sin cuartel. El panorama es dantesco. Pertrechados con máscaras antigás y trajes especiales, 217 soldados especialmente adiestrados en la guerra química combaten a un enemigo que puede ser...
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