La degollación de un inocente y el intento de destrucción de una fábrica de productos químicos, en Saint-Quentin-Fallavier, al este de Francia, confirman que ha crecido de manera espectacular la radicalización de «lobos solitarios» y bandas de lobos criminales, en unas proporciones que inquietan y desbordan a los especialistas.
Yassin Salhi, el criminal que degolló...
Suscribete para leer la noticia completa: