La situación de la sanidad pública británica fue uno de los temas candentes de la pasada campaña electoral. Los laboristas acusaron al Gobierno de Cameron de desmantelar el Servicio Nacional de Salud (NHS) y de querer privatizarlo, crítica que a tenor de la abultada mayoría absoluta no parece haber calado demasiado. Para refutar ese ataque, el primer ministro...
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