«La emigración nunca se detendrá», le avisó a este reportero hace nueve años un diplomático español en plena crisis de los cayucos (2006), que subían desde Senegal y Mauritania a las islas Canarias. Efectivamente, cada vez que se cierra o se tapona una ruta, otra se abre. Así ocurrió entonces y así sigue ocurriendo. Hoy es Libia el gran agujero negro. De allí...
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