Las promesas de cambio realizadas por el Gobierno de Dilma Rousseff tras la masiva manifestación de protesta en todas las grandes ciudades de Brasil han sido recibidas con escepticismo tanto por la oposición como por los aliados del Ejecutivo. La propia presidenta optó por un quiebro muy político. «Ayer, cuando ví, como ocurrió el viernes, centenares de millares...
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