La existencia de una red de influyentes pedófilos en el corazón de Westminster en los años setenta y ochenta es un secreto a voces. Las sospechas incluso han llegado a poner bajo la lupa a algunos políticos ilustres, como el recientemente fallecido Leon Brittan, que se fue con esa sombra difusa empañando su currículo de eficaz ministro de Thatcher.
Ahora, treinta...
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