Alemania considera que las acusaciones del primer ministro griego, Alexis Tsipras, a España y Portugal no son más que «juego sucio, poco usual para los parámetros europeos». Para Berlín, acusar a otros gobiernos de supuestos planes desestabilizadores es algo que «no se hace». Y menos en una situación en la que el rescate financiero de Grecia vuelve a pender de...
Suscribete para leer la noticia completa: