Los cubanos empiezan a soñar con las consecuencias que tendrá en sus vidas el anuncio de Washington y La Habana de abrir la vía para la normalización de relaciones. En la calle, el optimismo se palpa, pero los disidentes observan la realidad con mucha más cautela, cuando no con indignación.
«Nuestro objetivo ahora es optimizar los anuncios (hechos por ambos países)...
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