Peshawar se convirtió ayer en un velatorio. Esta ciudad del noroeste paquistaní colindante con las salvajes e ingobernables áreas tribales había sufrido 37 ataques insurgentes y casi un centenar de muertes en lo que va de año. Pero aún así no estaba preparada para la matanza a sangre fría de 151 personas, entre ellos 132 estudiantes, en una escuela. Tras una...
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