Los republicanos cerraron ayer filas con la Administración Bush y la CIA. Aunque algunos desaprobaron explícitamente las prácticas utilizadas en los interrogatorios –John McCain, que fue prisionero de guerra en Vietnam, dijo que hacer daño a los detenidos «no conduce a nada bueno»–, la mayoría justificó la urgencia que tuvo Estados Unidos tras el 11-S de 2001...
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