David Cameron, de 47 años, viene a ser un prototipo del inglés de clase alta. Educado, con el sentido del humor necesario, pero frío, poco proclive a las efusiones sentimentales que nos distinguen a los latinos. Descendiente de una familia de financieros, paradójicamente con ancestros escoceses, es un producto típico de las factorías de donde emergen la mayoría...
Suscribete para leer la noticia completa: