El primer ministro británico David Cameron ha logrado el efecto contrario al que pretendía. En lugar de convencer con sus argumentos a la canciller Angela Merkel para que abandone la idea de apoyar a Jean-Claude Juncker como presidente de la Comisión Europea, ha provocado que la alemana reitere en público y de la forma más clara posible su preferencia por hacer...
Suscribete para leer la noticia completa:

