Primeras luces del día en el cielo de Nairobi. Es el 7 de agosto de 1998 y Mohamed Rashed Daoud al Owhali, un saudí de 21 años, se sube a una furgoneta camino de la Embajada estadounidense de la capital keniana. Un simple gesto que sirve de inicio histórico a una nueva forma de amenaza, el terrorismo global. Pocos minutos después, la explosión de la furgoneta...
Suscribete para leer la noticia completa:

