«Tuvimos mucha suerte», reconoce aliviada en declaraciones a ABC Silvia Ojeda, una española que se encontraba ayer en el centro comercial en el momento del ataque junto a su hija de doce años.
Ambas salieron ilesas tras varias horas escondidas sin dejar de escuchar los disparos, pero dicen que lo peor fue pensar que podían haber pasado a formar parte del grupo...
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