Ha pasado un año desde que el Ejército abandonara la primera línea de la política tras el ascenso de Mohamed Mursi a la presidencia. Pero en sólo doce meses, la desgastada imagen con la que se retiraron a la retaguardia tras un año y medio de gestionar el día a día de los asuntos del país, parece haber experimentado un asombroso lavado de cara. No son pocos...
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