Adicto al sexo y despiadado. Así se definió Ariel Castro cuando la Policía le detuvo el pasado lunes. Ni una señal de arrepentimiento por haber retenido durante diez años a tres jóvenes y haber abusado de ellas brutalmente. Incluso mostró deleite en su éxito: en el primer interrogatorio del FBI rememoró todo los detalles de cómo logró secuestrarlas entre 2002...
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