Allá por 2007, cuando Ramsés acababa de abrir sus puertas en Madrid, pasaba por ser el lugar perfecto para epatar a los amigos si es que uno conseguía reservar mesa. Se trataba de un espectacular multiespacio diseñado por Philippe Starck, que las guías de ocio de la época se empeñaban en considerar como «local para ver y ser visto» en el epicentro del barrio...
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