La puja fue breve. Quizá demasiado. En la noche del miércoles, la baronesa Carmen Thyssen-Bornemisza intentó vender en subasta pública un fabuloso broche valorado en 1,5 millones de euros. Tita esperaba embolsarse esa cifra en un remate que había generado gran expectación entre muchos coleccionistas de piezas históricas que viajaron expresamente a Ginebra para...
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