Al difunto barón Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza le gustaba tratar a sus mujeres como auténticas reinas. Cuenta la leyenda que a su segunda esposa, la modelo Nina Dyer, llegó a regalarle una isla en el Caribe, dos coches deportivos, una pantera negra y una fortuna en joyas. Y eso que el matrimonio entre el aristócrata húngaro y la mannequin anglo-india apenas...
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