La máquina del marketing se alimenta de todo lo que se cruza en la gran cinta transportadora de la posmodernidad: celebridades, símbolos religiosos, especies en peligro de extinción, virus letales y, por qué no, atentados terroristas. Con permiso de Pierre Bourdieu, el lema «Je suis Charlie» es la última víctima de la «desacralización cultural». En cristiano,...
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