Los cisnes no cantan, sino que producen un ronquido sordo, un sonido parecido al graznido de los gansos. El mito de que esta ave emite, justo antes de morir, un canto melodioso como premonición de su propia muerte es pura fantasía de poetas como Virgilio y Marcial. El libro de memorias «Marella Agnelli: El último cisne» (Rizzoli) llega este mes a las librerías...
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