Todos los lectores advierten la sutileza con que Valera dibuja a los personajes femeninos de sus novelas: es el lógico reflejo literario de su permanente admiración por las mujeres. (Con su habitual humor, él confesaba: «Esta afición mía a las faldas es terrible»). Ellas son las que más le han educado, las que han contribuido a modelar su singular personalidad,...
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