Años atrás, durante la instrucción del caso Palau, el fiscal Emilio Sánchez Ulled se lamentaba en privado de que en aras a un «patriotismo catalán» malentendido muchos de los implicados –el propio Millet– se parapetaban en un silencio que dificultaba apuntalar los indicios evidentes: que Convergència se financió a través del Palau con comisiones por obras públicas...
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