En los últimos tiempos, ya no se ve tanto a Pablo Iglesias por televisión. El incómodo tinglado becario-laboral de Íñigo Errejón –convertido en una travesura fea al lado de los todavía no explicados manejos de Juan Carlos Monedero con Venezuela y Hacienda– ha hecho aconsejable separarse de los focos. De hecho, el líder de Podemos no evitó ayer mostró su incomodidad...
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