Con silencios elocuentes –como el de Marta Ferrusola– y tres muertos sobre la mesa: el padre de Pujol, que legó el dinero oculto en Andorra y sus dos primeros administradores. Sin facilitar extractos de cuentas y apelando a unas supuestas cartas manuscritas como baza exculpatoria que, sin embargo, no se aportan ante la juez. La familia Pujol, con el expresidente...
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